Tuve la oportunidad de participar en la tertulia organizada por FlashMagazines y Bulthaup sobre «las casas del futuro», en la que participaron básicamente arquitectos e interioristas reconocidos del municipio y a nivel internacional. Me preguntaba qué hacía una terapeuta psico-corporal y energética como yo participando en una tertulia al respecto. Quizás no fue casual estar presente pues nuestra principal casa podría decirse que es nuestro cuerpo… quizás podría hacer alguna aportación desde otro punto de vista.
Thérèse Bertherat, reconocida terapeuta corporal decía: “Hay una casa que lleva tu nombre, tú eres el único@ propietario@, pero hace mucho tiempo que has perdido las llaves. Por eso te quedas fuera y sólo conoces la fachada. No vives en ella. Esta casa, sede de recuerdos enterrados y desechados, es tu cuerpo”.
¿Por qué no cuidamos, tratamos y habitamos nuestro cuerpo cómo cuidaríamos, trataríamos y habitaríamos nuestra casa? El dolor emocional normalmente lo sentimos en nuestro cuerpo, por eso, si no queremos sentir el dolor emocional nos desconectamos de nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo es como una “caja negra”, trae la memoria de nuestra historia, nos guste o no. Por eso, como no nos gusta conectar con el dolor emocional (pasado o presente), vivimos en la fachada de nuestra casa, sin habitarla realmente. Si nos quedamos en la fachada de nuestra casa nos mojamos si llueve, nos quemamos si hace demasiado sol, nos sentimos inseguros si tenemos miedo…
Casa Karuna es un espacio creado con mucho amor, situado en La Floresta, en el entorno del Parque Natural de Collserola. Me gustaría que sirviera de inspiración a las personas que quieran y sientan la necesidad de reconectar consigo mismas, reconstruir su espacio interior, su casa, habitar y apropiarse realmente de su cuerpo, para que éste sea un espacio seguro donde poder habitar en él cuando hace sol, cuando llueve, cuando hace tormenta o cuando se tiene miedo.
Conectar con la respiración consciente es una clave muy fácil y útil para volver a habitar nuestro cuerpo, para volver a entrar en nuestra casa… ¡os animo a probarlo y a practicarlo!